lunes, 20 de abril de 2015

El mar a todo riesgo (Historia larga, no hay corta).

Bueno hoy decidí continuar, saltando un poco la procastinación y dándole orden a este pequeño gran proyecto de contar las cosas que van pasando durante mi tiempo de desempleo… o en su defecto las que ya han pasado.

Están entonces los días pos-recién terminado y de la forma más dramática posible mi contrato, les conté que todo empezó el 1 de diciembre, para ese momento yo ya había pagado mi tiquete a Santa Marta, la razón sencilla, no conocía el mar y ese era mi reto del 2014.

Sí ya sé 29 años colombiana y ¿NO CONOCÍAS EL MAR?, pues no, no vengo de una familia con muchas comodidades y tampoco me había planteado el reto, ese año a principios estuve en depresión y vivía en villavo por cuestiones de trabajo, lo más dramático y tonto que hice fue no viajar a principio del 2014 con mi familia (Casi todo pago), por eso que uno llama amor, acababa de terminar una relación de 2 años y medio, con un embarazo y miles de apegos chimbos que uno genera – Bueno esté no es el tema -. El caso es que no viaje con ellos y me perdí esa oportunidad.

Programé mi viaje para viajar el 8 de diciembre de 2014 a Santa Marta y poder amanecer viendo el mar (Yo toda cursi, llorona y bueno sensibilita). Por razones que desconozco decidí decirle a un amigo que viajara conmigo, bueno le dije a varios, pero solo uno me cogió la caña y me dijo que de una, que le encantaría verme en ese momento así los ojos de loca perdida viendo el mar. Debido a ese cambio de ya no viajo sola, sino acompañada corrí el viaje al 17 de diciembre, para mi gran alivio, me habían pagado noviembre, y como el contrato se acabó literal de un día para otro, pues las cuentas por pagar me dejaron a ras, sin embargo seguí empeñada en mi viaje y estando en temporada alta conseguí un par de tiquetes en $100.000 cada uno con impuestos y arandelas, eso me hizo feliz y a mi bolsillo mucho más.

Tuve que viajar a Ibagué, donde vivía entonces a recoger mis corotos y entregar a uno de mis ángeles de la guarda el apartamento para que lo dejara 1A y me hiciera el favor de entregarlo… el drama fue mayor llegué a Ibagué, el apartamento llevaba una semana sin luz, yo iba de un día para otro… Se imaginarán como lo encontré, para los que no lo logran una semana sin luz en tierra caliente, hace que todo, pero tooooodooo lo de la nevera se dañe, la fruta, la verdura, una cosa de no olvidar y un olor inmundoooooooooooooo en todo el apartamento. Eran las 9:00 p.m. no había forma de que me pusieran la luz a esa hora, pedir auxilio a la empresa desde la 6:00 a.m. para que llegaran las 11 a decirme: No señora eso no lo hacemos nosotros, le toca con un técnico externo, OKEEEEEEIIIIII!!!, todo lo que tenía que arreglar, limpiar y demás tocó con la luz de la vecina, que vergüenza pero era la única opción. Tenía que empacar mi vida de regreso a Bogotá eso incluía desde la cama hasta los jabones para el aseo que quedaron nuevos, no me acuerdo cuantas cajas eran, pero salieron un montón… terminé embutiendo todo nivel: aún tengo cosas en bolsas y busco de vez en cuando lo que necesito y medio recuerdo en donde está - ¿no les pasa cuando cambian mucho de casa? ¿Solo me pasa a mí? -, ah bueno la otra es que en la casa de mi mamá el espacio obviamente es mucho menor al que tenía en Ibagué, y todo lo tengo en todas las partes de la casa, un poco acá y otro allá y por ajullá…

El tema es que me regresé a Bogotá con todo embutido en la camioneta de don Giovany otro de mis ángeles… Llegamos muy tarde a Bogotá y sacamos mis corotos. Tenía básicamente 3 días para organizar el trasteo, obvio no alcancé pero tenía que irme no había otra opción, bueno tal vez, pero no iba a perder una nueva oportunidad de viajar a conocer algo tan hermoso como lo es la inmensidad del mar (me pongo cursi de acordarme). El caso es que reorganice maleta cambié las cosas aquí, allá, la cama casi no llega (El tema de la puntualidad de las empresas de transporte de mercancías, incluida la pelea por el maltrato a la base cama, en fin.) Embutí todo en una maleta de mano ajaja pesada y de ruedas, yo iba pensando en un mes de viaje ¿Con qué? ¿Cómo? No pregunte yo solo quería viajar conocer el mar, la costa caribe… Conocer COLOMBIA PAPÁ *póngale el tonito, ese mismo, muy bien, choquelas*.

Amigos que al 100% el apoyo de vete, pero qué más da yo sabía que si me quedaba sin plata o comida el apoyo era otro nivel, personas que dijeron ¿vale la pena tu viaje? ¿Estás sin trabajo, qué vas a hacer? En algún momento casi les dije es problema mío, ¿no? , pero decidí no desgastar mi energía y menos llenar de esa energía mi viaje, así que tome la opción de responder con el vaso medio lleno: ¿Sabías que si tenía trabajo solo podía viajar 13 días? ¿Mientras que si viajo sin trabajo me puedo tomar un mes o una vida? Descubrí que más allá del dinero hay miles de cosas que me llenan y hacen feliz, sí obvio el dinero es importante, pero definitivamente no lo es todo, no compra los amigos y te muestra el cobre de muchos otros.

Y sí fue casi un mes de viaje, el 17 de diciembre el avión sobrevoló el mar al aterrizar en Santa Marta y yo chillé, ni les cuento el drama antes de viajar con mi mamá porque dah… Llegamos yo pregunté a varios contactos que donde nos quedábamos, que fuera BBYB, (no buena, bonita y bogotana, es bueno, bonito y barato, podría obviar lo bonito mientras sea limpio). Encontramos un hostel- hotel en el rodadero bajo a 4 cuadras del mar… JUEMAIDENSSSS!!! YO CASI LLORABA, la felicidad me invadió y a mí el resto de las cosas se me olvidó, yo solo quería llegar al mar, entramos dejamos todo, y mi instinto infantil (el cual amo infinito) le dijo a Andrés que me acompañara al mar, su respuesta fue, no lo vas a ver está oscuro y yo ayyy yo quiero no me importa!! A eso vine a verlo en todas sus formas, y bueno con esa ternura que me caracteriza cuando me pongo terca y rabona pues accedió, llegamos al mar, obvio solo el reflejo de unas luces y una masa negra al fondo… ah vaina tan divina… lo escuché, lo toqué y lloré – Sí la más cursi en el mundo mundial – No sé si a todo el mundo le pasa, pero yo solo quería quedarme ahí escuchando como iba y venía… como me asustaba pensar que si me llevaba en su sonido me perdería para siempre en su grandeza –uhh que tuto -. Al cabo de unos minutos empezamos a caminar más y más por la orilla y hacia rodadero, playa con mucho ruido y mucho comercio, de todo tipo y yo una bola perdida tratando de encontrarle fin al mar…

Así fue Santa Marta, 4:30 a.m. alarma en el celular seguida de: Ya va a amanecer vamos, vamos, vamos, apura ya casi llega y quiero ver el mar cuando amanezca, no sé cómo es pero quiero, vamos, vamos muévete! Así fue sentada sobre la orilla del mar, con las recomendaciones claras (Se te va a meter arena en todo lado, tranquila es normal, estarás llena de arena todo el tiempo), fue amaneciendo y yo con el miedo más verraco me acercaba de a poco al mar, un paso, dos pasos, tres, me botaron las olas, reí nerviosamente y seguí más adentro… un niño con su papá al que le decía miraa un moluscooooo y yo aayy yo veooo ajajaja les dije que era como una niña…

Después de Santa Marta llegó Taganga:
, ¿y cómo una no sentirse enamorada del mar y de todo lo que lo rodea? De la vidaaaaaa por dioj!!! Agradecía cada día y cada atardecer todos los días, no me importaba no tener trabajo, tenía vida, respiraba sal y arena, todo era nuevo como cachaca en playa me dijo: Elsa mi amiga de Cartagena, la felicidad no me cabía, es más creo que eso me infló! Sí literal me infló… la ropa me quedaba como si fuera una talla menos, aprendí eso que dicen por ahí que el calor a una la hincha. Taganga terminó en Barranquilla donde unos amigos y donde conocí a la más hermosa de las niñas para una Selfie a #Nana banana, tiene su propio Blog lo escribe su mamá una luchadora incansable Caro, se llama El oficio de ser mamá por si les interesa un ojo allá. De Quilla arrancamos a otra de las ciudades que me enamoró y sí literal me enamoró muy a pesar de sus contrastes me encontré de frente con Cartagena, no jodaaaa!! Que belleza, que imponencia, que pobreza, que remierda, aun así me enamoré nivel: Este año tengo que volver. Sus murallas con olor a orines pero imponentes al mar como diciendo: Usted es lo máximo y lo que quiera pero aquí estamos para defender esto, una arquitectura colorida, con flores, con colores de vida… ay todooo tan bello ¿Qué como no se va una a enamorar de ella? Allá fueron dos días… y bueno ahí recordé el desempleo ajajaja me quedé sin una moneda, ni pa’ viajar a otro lado, tenía cuadrado todo para que una amiga me adoptara un rato mientras otra llegaba y me daba posada, pero al final la familia aparece y Juas!! Todo cambia, tenía tiquete por tierra para llegar a Valledupar ome…

Y sí ese día a las 1:30 p.m. estaba camino a Valledupar, la tierra del Vallenato (Yo lo detesto, usted es libre de amarlo). Y bueno así empezó el resto del viaje, Valledupar, la playas de Mayapo, sino las conoce seguro, pero seguro se va a enamorar de ellas, para mi más salado el mar no me pregunté por qué pero así lo sentí, las olas me empelotaron –Aprendí la importancia de un enterizo y no un bikini- tengo tantas fotos como pude tomar y guarde un montón en mi memoria, selectiva y protegida de todo lo que quiera hacerle daño, en efecto, en familia con todo pago el desempleo no se siente.

Qué vida tan rica, así me sueño entonces viajando aquí y allá u no pensando en cuánto necesito o como debo conseguirlo, igual busqué convocatorias, apliqué aquí, allá y por ajullá… y es la hora que el camino del bolsillo sigue vacío y la hoja de vida con el güeco del índice que todos niegan en el gobierno, el desempleo.

Estuvo largo este post, y sí llegó hasta acá con todo leído o por saltos, GRACIAS por leer y dejarse llenar por raticos la cabeza de algo diferente.