Y bueno siendo las 8
de la noche y unos minutos más del 18 de Abril de 2015, me pongo a escribir las
historias de mis desempleo y la razón del porque llegué a este punto.
Hace unos minutos
escribe en mi twitter @gelitoazul, que quería salir a comer, no esperaba una
respuesta la verdad... pero @lilimariagomez me respondió y esto paso:
-
@gelitoazul sal ¿no?
* @lilimariagomez Ganas, pero este desempleo no
me deja ni probar una menta fuera de casa :(.
-
@gelitoazul entiendo, come en tu casa y sal a darte una vuelta
después. No para todo hay que gastar dinero.
* @lilimariagomez
ES una buena opción... pero la zona no da jajaja. Tocó casa por hoy :). Gracias
:*
- @gelitoazul jajajaja, escribe un blog
(empieza ya), mis días de desempleo ;)
Y bueno en efecto ahí
surgió la idea, historias hay muchas... pues mi tiempo de desempleo empezó el
30 de noviembre de 2014, desde dicha fecha no he conseguido un empleo formal que
me permita ganar dinero a través de un pago mensual como la mayoría lo tiene.
Hoy quise salir a
comer, pero como es evidente en la conversación a mis bolsillos les pesa cada
peso, porque claramente no tengo muchos a favor de gastos o inversiones en este
momento.
¿Con qué cuento
entonces? ¿Qué me ha permitido vivir sin dinero estos meses?
Gran parte se lo debo
a la zona de confort en la cual me imbuí este tiempo y fue mi casa... que va!!
la casa de mi mamá, si tuviera casa seguro otra sería la historia. Decidí
regresar a mi casa -entiéndase la de mi mamá-, el 9 de enero de 2015, (sí ya sé
empecé a ser desempleada mes y medio antes). Ahora bien ese día regresé de
Valledupar por carro a Bogotá, luego de que mi mamá tuviera un accidente en una
de sus manos y a mí me pudiera más la culpa por no estar con ella que el
pensar: Ella va a estar bien, si me regreso a Bogotá seguramente yo no... No
importa la inteligencia emocional huyó y me ganó el pobrecita mi mamá sola… así
como muchas de las monedas que ahora lo hacen.
Regresé a Bogotá y el
primer fin de semana fue de locos, no sentí la densidad de no tener un peso en
el bolsillo, ni la presión de un empleo formal inmediato, ¿Cuántas excusas?
Infinitas, podemos empezar por contar que es el principio de año y en esta
fecha no se mueven las convocatorias, nadie trabaja, no hay nada... ya vendrá
algo mejor.
Empecé a perfilarme
solo a las ofertas de Bogotá, la razón fue simple, no quería irme de Bogotá
porque llevaba año y medio fuera de Bogotá y me parecía justo conmigo regresar
a mi tierra para no aburrirme eternamente en lo que yo llamo la provincia, cada
fin de semana que me quedaba lejos de Bogotá dormía como pata hinchada me
levantaba a desayunar a las 2 de la tarde y me acostaba sin más pena en mi sofá
o volvía a mi habitación a encerrarme en el sueño. Sin embargo Bogotá no ha
sido la plaza que yo esperaba, ha sido complejo sentarse día a día a buscar ese
trabajo que me gusta y ese sueldo que espero para tener ese grandioso empleo
formal.
Pero nada de nada...
El desespero a veces me toma por sorpresa, "los amigos" rara vez
aparecen a invitar un café o al menos a decir camine da una vuelta y se da un
respiro, sí ya sé... Llegamos solos y nos vamos solos, pero pues, uno no deja
de querer ese apoyo de fresca para eso estamos... ocupados o con pereza o
cualquier otra excusa y una piensa... ay yo sí soy mucha... (Sí eso que está
pensando) yo si di y ahora... Bueno en fin... Las cosas en casa de mamá no
marchan mejor y el tema del dinero se mezcla con todos los demás, el dinero no
hace la felicidad eso es claro, pero evita una cantidad de jodas, que uno no se
imagina hasta que no lo tiene…
Cierro este primer día
con un cambia todo cambia, somos víctimas de nuestros procesos y nuestras
dinámicas, si nos activamos todo se mueve, sino... todo cae.